El Embarazo Adolescente
La llegada de un niño al mundo siempre es una bendicion y nadie lo discute; lo que sí genera disyuntiva, es cuando la madre de ese niño es una adolescente; y ¿por qué? no sólo porque no está en condiciones psicológicas adecuadas para criar a un bebé, sino también por las consecuencias que puede acarrear este embarazo, como el aborto, el abandono, la discriminación y el rechazo social. Y digo el aborto como consecuencia, pues muchas niñas, ya sea por miedo o verguenza, se guardan como secreto que darán a luz y prefieren acabar con la vida del que está por nacer para atenuar el dolor que puedan causar a sus padres por la noticia. El abandono también se configura como una triste consecuencia de la incapacidad del padre adolescente de asumir la responsabilidad que le corresponde y que huye no sólo dejando al niño sin padre, sino sin raíces, que es igualmente triste. De este flagelo, además nace el otro: el rechazo social y la discriminación tanto a la madre como al hijo. Ante esto, la educación se torna como la mejor arma contra esta cadena de situaciones originada, quizá por la desinformación, aunque poco podemos alegar de ella, pues tanto colegios como consultorios se preocupan de aplacarla. Hoy, con el avance de la ciencia en el campo de la salud, contamos con múltiples métodos anticonceptivos para hombres y mujeres, accesibles independientemente del nivel socioeconómico de la población. Las pastillas, el preservativo o condón, las inyecciones de progestina, espermicidas, diafragmas, vasectomías, norplant,ligadura de trompas, dispositivos intrauterinos (DIU), condones femeninos, etc. o los métodos cien por ciento naturales, en el caso de la mujer, como lo son la amenorrea de la lactancia, el método de Billings o del moco cervical, el método de Ogino-Knaus o calendario, la temperatura basal, entre otros, garantizan una planificación efectiva, que en definitiva, es lo ideal, porque propende una buena calidad de vida, al fin y al cabo, para nuestros niños, que merecen y necesitan venir al mundo en condiciones propicias para desarrollarse lo mejor posible. Finalmente, la información, clave y vital, promueve una conducta sexual responsable, que es tarea de todos nosotros para evitar lo anterior y llevar una vida plena, tanto en lo físico como en lo espiritual.
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